Nuestra WiFi siempre debe estar protegida para evitar que sea utilizada por gente a la que ni siquiera conocemos. Por esto, debemos tenerla siempre codificada con una contraseña.
Los riesgos de tener una WiFi abierta son varios:
Las diferentes razones por las cuales se puede acceder a nuestra WiFi son las siguientes:
Los riesgos de tener una WiFi abierta son varios:
- El ancho de banda puede verse afectado si se conectan demasiados dispositivos, llegando incluso a impedir que nuestros propios equipos se conecten a la red.
- La información transmitida a través de la red WiFi puede ser fácilmente atacada y extraída por alguien sin muy buenas intenciones.
- Nuestros propios dispositivos pueden ser atacados y controlados total o parcialmente por alguien con ciertos conocimientos de informática o ayudándose de algún programa externo que le de acceso a nuestro dispositivo.
- Cualquier acción online ilegal hecha desde nuestra WiFi dirige directamente a nosotros, gracias a nuestra dirección IP almacenada en la base de datos de la compañía que nos suministra este servicio. Por tanto, alguien puede acceder a nuestra WiFi, desarrollar alguna actividad ilícita e inculparnos por lo sucedido.
Las diferentes razones por las cuales se puede acceder a nuestra WiFi son las siguientes:
- WiFi abierta: Sin ninguna contraseña para protegerla.
- Seguridad anticuada: Si el sistema de nuestra WiFi es WEP, este puede ser fácilmente descodificado debido a su antigüedad.
- Una contraseña demasiado simple.
- La clave WiFi por defecto que trae el router no siempre es la más segura. Es recomendable cambiarla.
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