El 22 de junio de 1940, Francia se rinde ante las fuerzas invasoras Alemania e Italia, tras caer derrotada en la batalla de Francia, partiéndose en dos: La Francia nazi y un nuevo estado títere conocido como la Francia de Vichy.
Altos cargos nazis marchan sobre París
Esta rendición supuso un punto de inflexión en la guerra, puesto que, a partir de ese momento, el Reino Unido se veía obligado, o bien a rendirse, o bien a continuar la guerra en solitario. Conociendo a Winston Churchill, optó obviamente por permanecer en el combate. Sin embargo, ahora que los alemanes controlaban toda la costa francesa, los británicos se veían obligados a exportar millones de toneladas de materiales semanalmente de Estados Unidos y otros aliados comerciales.
Obviamente, Hitler no iba a ponérselo fácil, y emprendió una gran operación logística de bloqueo a todo suministro que intentase llegar a las islas británicas, gracias a los conocidos submarinos U-Boot.
A pesar del gran poderío naval británico los submarinos causaban muchísimos estragos, y en parte esto se debía al Código Enigma, un sistema de comunicación alemán que los ingleses eran incapaces de descifrar. Esto se debía a que la máquina poseía 5 rotores, haciendo innumerables la cantidad de posibilidades existentes para cada letra del alfabeto, además de que cada mes se cambiaba un rotor por otro. Para más inri, las máquinas presentes en los submarinos no poseían 5, sino 8 rotores.
Es aquí cuando entra en escena el afamado Alan Turing. Turing era un científico brillante a pesar de sus 26 años de edad. Tras la captura de unos documentos alemanes en 1941, Turing y su equipo lograron descifrar el código, reduciendo drásticamente el número de pérdidas de barcos británico.
Los expertos estiman que su trabajo logró reducir la duración de la guerra entre dos y cuatro años.
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