Así lo afirma Robert E. Garry, profesor de la universidad de Tulane, en Nueva Orleans, Estados Unidos. Tras realizar estudios referentes al código genético de la nueva cepa del virus, han determinado que es imposible que sea una creación sintética.
Según el equipo de investigación, liderado por Kristian Andersen, está claro que se trata de un virus de murciélagos que ha evolucionado y comenzado a infectar humanos. Los estudios afirman que la diferencia entre este nuevo brote y el que afecta a los mamíferos voladores es de un 4%, una distancia imposible de emular en un laboratorio humano. Además, determinan que es imposible crear un virus con tal capacidad de infección. Por tanto, el estudio determina que se trata de una combinación de dos virus que saltó de animales a humanos.
Este estudio estaba destinado a desmentir las teorías conspiranoicas que circulan por las redes desde la aparición del COVID-19, que señalan que se trata de una creación humana a modo de arma biológica. Generalmente estas señalan a China o a Estados Unidos como culpables, dos de los países más afectados por el virus, que lo habrían desarrollado para desequilibrar a su favor la balanza de la guerra económica que en este momento ambas superpotencias mantienen. Sin embargo, como ya han confirmado estos estudios, esto si es totalmente falso.
Otras teorías que sí parecen más veraces son las que afirman que en ciertos países se están ocultando las auténticas cifras de damnificados por el coronavirus, como es el caso de China y Rusia, cuya situación actual no encaja con las cifras que comunican, sobre todo observando el desarrollo del virus en países más transparentes, como lo son España e Italia, dos de los países más afectados por esta nueva cepa.
Según el equipo de investigación, liderado por Kristian Andersen, está claro que se trata de un virus de murciélagos que ha evolucionado y comenzado a infectar humanos. Los estudios afirman que la diferencia entre este nuevo brote y el que afecta a los mamíferos voladores es de un 4%, una distancia imposible de emular en un laboratorio humano. Además, determinan que es imposible crear un virus con tal capacidad de infección. Por tanto, el estudio determina que se trata de una combinación de dos virus que saltó de animales a humanos.
Este estudio estaba destinado a desmentir las teorías conspiranoicas que circulan por las redes desde la aparición del COVID-19, que señalan que se trata de una creación humana a modo de arma biológica. Generalmente estas señalan a China o a Estados Unidos como culpables, dos de los países más afectados por el virus, que lo habrían desarrollado para desequilibrar a su favor la balanza de la guerra económica que en este momento ambas superpotencias mantienen. Sin embargo, como ya han confirmado estos estudios, esto si es totalmente falso.
Otras teorías que sí parecen más veraces son las que afirman que en ciertos países se están ocultando las auténticas cifras de damnificados por el coronavirus, como es el caso de China y Rusia, cuya situación actual no encaja con las cifras que comunican, sobre todo observando el desarrollo del virus en países más transparentes, como lo son España e Italia, dos de los países más afectados por esta nueva cepa.
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